Sí, es posible repatriar un cadáver sin la intervención de una funeraria, pero resulta extremadamente complicado debido a la cantidad de trámites legales, sanitarios y logísticos que se deben gestionar. Sin experiencia previa, el proceso puede volverse difícil de manejar y llevar a retrasos o errores costosos.

Procedimiento de repatriación de un cadáver

Se necesita un certificado de defunción del país del fallecimiento, cumplir requisitos sanitarios (embalsamamiento o ataúd sellado) y coordinar con autoridades consulares del país de origen y destino. Además, es necesario gestionar el transporte aéreo o terrestre.

Documentación y trámites necesarios

  • Certificado de defunción del país del fallecimiento.
  • Certificado sanitario que garantice la preparación adecuada del cuerpo.
  • Permiso de traslado del cadáver emitido por las autoridades competentes.
  • Autorización consular del país de origen.
  • Documentación de aduana si es requerida.

Desafíos de gestionar la repatriación sin una funeraria

Gestionar la repatriación por cuenta propia implica trámites legales complejos y riesgos de errores que pueden retrasar o impedir el proceso. Cumplir con los requisitos sanitarios y logísticos sin ayuda profesional puede resultar en problemas legales o complicaciones en el transporte.

Costes asociados a la repatriación

  • Transporte aéreo o terrestre, dependiendo del destino.
  • Documentación y permisos, con tasas gubernamentales y consulares.
  • Preparación del cuerpo (embalsamamiento o ataúd especial).

Gestionar estos elementos individualmente suele ser tan costoso como contratar una funeraria, con el riesgo añadido de errores y carga emocional.

Ventajas de contar con una funeraria especializada

Las funerarias especializadas tienen experiencia en trámites internacionales, coordinación con autoridades y cumplimiento de requisitos sanitarios. Además, reducen el estrés para la familia, permitiendo enfocarse en despedirse del ser querido.

Aunque es posible repatriar un cadáver sin una funeraria, la complejidad y riesgos del proceso hacen que contratar profesionales sea recomendable. Las funerarias facilitan el proceso, reducen riesgos y permiten que las familias se enfoquen en su duelo.