1. Introducción
El estudio de las prácticas funerarias constituye una ventana privilegiada para comprender las sociedades del pasado, sus creencias, estructuras sociales y la cosmovisión que las articulaba. La provincia de Sevilla, con su rica historia y crisol de culturas, ofrece un terreno particularmente fértil para la exploración de estas costumbres a lo largo del tiempo. Este informe tiene como objetivo proporcionar una visión histórica exhaustiva de las prácticas funerarias en los diversos pueblos de la provincia de Sevilla, basándose en la evidencia arqueológica, documentos históricos e investigaciones previas.
La investigación aborda un amplio espectro cronológico y geográfico, abarcando desde la prehistoria hasta la actualidad en toda la extensión de la provincia de Sevilla. Se adopta un enfoque interdisciplinario que integra la arqueología para analizar restos materiales y estructuras sepulcrales, la historia para contextualizar las prácticas dentro de los periodos históricos, la antropología para comprender los rituales y costumbres desde una perspectiva cultural, y la historia del arte para examinar los elementos arquitectónicos y decorativos asociados a los enterramientos. Para ello, se recurre a una variedad de fuentes primarias y secundarias, incluyendo informes de excavaciones arqueológicas, documentos históricos como registros parroquiales y archivos municipales, estudios académicos especializados y la información disponible sobre las colecciones de museos locales y provinciales.
2. Visión General de la Historia Funeraria en la Provincia de Sevilla
Las primeras manifestaciones de la cultura funeraria en la región sevillana se remontan a la prehistoria, como lo atestigua la arquitectura megalítica de la Edad del Bronce. Dólmenes y túmulos, monumentos representativos de este periodo, evidencian formas de enterramiento colectivo que reflejan una conexión profunda con el territorio y posiblemente creencias ancestrales sobre la muerte y el más allá. La transición hacia la Edad del Hierro trajo consigo la inhumación de cadáveres, marcando una evolución en las prácticas funerarias. Posteriormente, la llegada de los romanos introdujo rituales más complejos, donde la familia y la comunidad participaban activamente en la ceremonia. Se realizaban elogios fúnebres públicos y se honraba a los ancestros, practicándose tanto la incineración como la inhumación. La presencia de una necrópolis romana en Carmona subraya la significativa influencia romana en las costumbres funerarias de la provincia.
Durante la Edad Media y la Edad Moderna, la religión cristiana ejerció un dominio considerable sobre las prácticas funerarias. Las cofradías religiosas funcionaban como mutualidades que proporcionaban ataúdes para la inhumación, además de rezos y rituales para asegurar un entierro digno. Se creía que el sonido de las campanas de las iglesias durante el cortejo fúnebre ahuyentaba a los demonios, y ante el temor de entierros prematuros, se adoptaron medidas como atar al difunto a una campanilla. Hasta bien entrada la Edad Moderna, los velatorios domésticos eran una práctica común, con una participación limitada de las incipientes empresas de pompas fúnebres, que principalmente se encargaban del traslado del féretro a la iglesia y al cementerio parroquial.
El siglo XX trajo consigo transformaciones significativas en la cultura funeraria de la provincia. A partir de la década de 1940, se produjo una institucionalización de los servicios funerarios con la aparición de las primeras empresas de pompas fúnebres en Sevilla y la construcción de tanatorios. Este proceso contribuyó a un distanciamiento sociocultural generalizado ante la muerte. Se comenzaron a construir los primeros cementerios municipales , marcando una transición desde los enterramientos en el seno de las iglesias. La práctica de la cremación también se inició en España durante este periodo , representando una alternativa a la tradicional inhumación.
3. Prácticas de Enterramiento Antiguas y Prehistóricas
Carmona se erige como un enclave fundamental para el estudio de las prácticas funerarias prehistóricas en la provincia de Sevilla. Durante la Edad del Bronce, principalmente en la primera mitad del II milenio a.C., se documentaron diversas estructuras sepulcrales y un ritual de inhumación caracterizado por la posición flexionada del cuerpo. Se han hallado enterramientos tanto de adultos como de niños, realizados en fosas excavadas en el alcor o en rellenos de fosos calcolíticos, así como en covachas labradas en la roca. Estas sepulturas podían aparecer de forma aislada o en pequeños grupos, tanto dentro como fuera del área de hábitat de la ciudad actual. Los ajuares funerarios eran generalmente sencillos, consistiendo principalmente en recipientes cerámicos. La necrópolis de la Cruz del Negro en Carmona ha sido identificada como un sitio de incineración de origen fenicio-oriental.
Otro sitio prehistórico de gran relevancia es Valencina de la Concepción. En su necrópolis se ha evidenciado una diversidad de identidades sociales durante la Edad del Cobre y su final, reflejada en la ubicación y disposición de las tumbas, la variedad arquitectónica de las estructuras, los rituales y los ajuares. El hallazgo de 270,000 cuentas en una tumba de la Edad del Bronce en Sevilla sugiere la existencia de atuendos funerarios para individuos de alto estatus, principalmente mujeres, e incluso la posibilidad de comercio prehistórico. Cerca de Carmona, se descubrió un yacimiento arqueológico del Calcolítico o la Edad del Bronce con un posible altar para sacrificios y varias tumbas. La necrópolis de Urso (Osuna) también destaca como un importante sitio arqueológico de época romana con tumbas preservadas.
4. Tradiciones Funerarias Medievales
En la transición hacia la Edad Media, las tradiciones funerarias romanas experimentaron una continuidad y transformación. En la necrópolis de la Carretera de Carmona, por ejemplo, las tumbas comenzaron a concentrarse alrededor de sepulcros o mausoleos relevantes, conocidos como martyria, y este espacio se mantuvo en uso hasta el siglo VII. En Munigua, también en la provincia de Sevilla, se han estudiado tumbas de la Antigüedad Tardía (siglos III/IV a VII) que ofrecen información sobre los ritos de enterramiento y los ajuares funerarios en una pequeña ciudad romana del interior de la Bética.
Durante los periodos visigodo e islámico, se introdujeron nuevas costumbres funerarias acordes con sus creencias religiosas y prácticas culturales. El Museo Histórico Municipal de Écija alberga materiales de estas épocas, incluyendo datos sobre los ritos funerarios musulmanes. En al-Ándalus, las tradiciones islámicas dictaban enterramientos sin monumentos excesivamente ricos, el uso de sudarios sencillos y rituales específicos para la preparación del difunto. La ciudad de Sevilla también albergó una importante comunidad judía durante la Edad Media, con su propio cementerio en la zona de Cano y Cueto. Investigaciones arqueológicas en el cementerio hebreo medieval de Sevilla han documentado cientos de enterramientos que datan desde la segunda mitad del siglo XIII hasta el siglo XVI, revelando detalles sobre la tipología de las tumbas, la extensión del cementerio y las particularidades del ritual.
5. Costumbres Funerarias en la Edad Moderna
Los siglos XVII y XVIII en Sevilla estuvieron marcados por rituales funerarios detalladamente registrados, especialmente en el ámbito eclesiástico. Los cuadernos manuscritos de los maestros de ceremonias de la catedral hispalense ofrecen una visión profunda del ceremonial funerario de los arzobispos de Sevilla, incluyendo el ritual del tránsito, la ceremonia funeral con vigilia, procesión y misa de cuerpo presente, el entierro y las honras fúnebres. Estos documentos revelan la importancia de la jerarquía religiosa y la pompa en las ceremonias de despedida de los prelados.
Para la aristocracia castellana, incluyendo familias con presencia en Sevilla, los siglos XV y principios del XVI también presenciaron rituales funerarios específicos. Documentos inéditos refieren el fallecimiento de personas pertenecientes a importantes linajes, detallando aspectos como la hora de la muerte, el embalsamamiento, el amortajamiento y el velatorio. La muerte de Juan de Guzmán, duque de Medina Sidonia, en Sevilla, probablemente a causa de la peste en 1507, ilustra la incidencia de las epidemias en la mortalidad de la época. Los registros parroquiales de Sevilla de los siglos XVII y XVIII también contienen información relevante sobre las prácticas funerarias a nivel local. Pleitos sobre entierros de párvulos sugieren la existencia de costumbres y regulaciones específicas en torno a la mortalidad infantil y su tratamiento funerario.
6. Transformaciones de los Ritos Funerarios en los Siglos XIX y XX
El siglo XIX fue testigo de un cambio significativo en la gestión de los espacios de enterramiento en la provincia de Sevilla. La Real Orden de Carlos III en 1787 prohibió los enterramientos en el interior de las iglesias y ordenó el establecimiento de nuevos cementerios fuera de las murallas de las ciudades. En Sevilla, el primer cementerio público municipal construido extramuros fue el de San Sebastián, en la década de 1820. Esta medida respondía a preocupaciones de salud pública y marcó el inicio de una secularización de los lugares de enterramiento.
A mediados del siglo XX, se produjo la consolidación de las empresas de pompas fúnebres y la construcción de tanatorios en Sevilla. Este fenómeno contribuyó a una progresiva profesionalización de los servicios funerarios y a un distanciamiento de las prácticas domésticas tradicionales. La cremación, aunque inicialmente minoritaria, comenzó a ganar aceptación como alternativa a la inhumación. Las costumbres tradicionales, como los velatorios en el domicilio del difunto, la participación de la comunidad en el duelo y la organización de comitivas para el traslado a la iglesia, fueron gradualmente modificándose. En la actualidad, se observa una tendencia hacia velatorios más cortos, a menudo interrumpidos durante la noche, y una disminución de las misas de exequias en las parroquias, celebrándose con mayor frecuencia en las capillas de los tanatorios.
7. Costumbres Funerarias Locales y Singulares en los Pueblos de Sevilla
La Campiña sevillana alberga una rica historia de sitios funerarios, desde las importantes necrópolis prehistóricas de El Gandul y Los Molares hasta las necrópolis romanas de Carmona y El Gandul. En la localidad de Cañada Rosal, se mantiene viva la tradición del «Entierro de la Sardina» como acto final del Carnaval. Coripe, también en la Campiña, celebra el Domingo de Resurrección la «Quema del Judas», una costumbre donde se quema un muñeco representando a un personaje impopular.
En la Sierra Norte, se han encontrado vestigios de antiguos asentamientos en cuevas y abrigos, como en Cazalla de la Sierra y Almadén de la Plata, lo que sugiere la existencia de sitios de enterramiento prehistóricos. Cazalla de la Sierra celebra la Semana Santa con diversas procesiones que, si bien no son estrictamente funerarias, reflejan importantes tradiciones religiosas relacionadas con la muerte y la resurrección. En esta misma localidad, existe la costumbre de que los romeros depositen y tomen piedras en un humilladero cercano a una ermita, un ritual con posibles connotaciones espirituales y de recuerdo. Carmona, situada en la Campiña, destaca por su extenso patrimonio histórico, incluyendo una necrópolis romana que ofrece valiosa información sobre la vida y las creencias de la época romana. En Las Cabezas de San Juan, se halló una estela funeraria de la Edad del Hierro, testimoniando prácticas de enterramiento tempranas. Esta localidad también celebra la «Quema del Juan y la Juana» durante la Velá de San Juan, una tradición que, aunque vinculada al solsticio de verano, comparte elementos con rituales de quema de efigies con posibles raíces en costumbres funerarias más antiguas.
8. Historia y Arquitectura de los Cementerios en la Provincia de Sevilla
El Cementerio de San Fernando en Sevilla capital es un camposanto de gran relevancia histórica y arquitectónica. Su construcción a mediados del siglo XIX respondió a la necesidad de un cementerio general en la ciudad, especialmente tras periodos de epidemias. El diseño inicial, a cargo del arquitecto Balbino Marrón y Ranero en 1851, contemplaba una necrópolis ajardinada con un sistema de calles y jardines inspirado en cementerios europeos, aunque este concepto se realizó solo parcialmente. El cementerio se inauguró en 1853 y continuó su construcción hasta finales del siglo XIX, incluyendo una sección separada para disidentes de la religión católica. Arquitectos como Francisco Aurelio Álvarez Millán y José Sáez también participaron en el diseño de la portada y otros edificios del recinto. A principios del siglo XX, Aníbal González realizó proyectos para varios panteones dentro del cementerio. El Cementerio de San Fernando alberga numerosos panteones de valor artístico e histórico, siendo el lugar de descanso de figuras notables de la ciudad.
Nombre del Cementerio | Localización (Municipio) | Periodo de Uso (Aproximado) | Características Históricas Clave | Estilos/Elementos Arquitectónicos Notables | Entierros Notables (Ejemplos) |
San Fernando | Sevilla | 1853 – Presente | Primer cementerio público extramuros, sección para disidentes, ampliaciones en el siglo XX | Regionalismo, historicismo, clasicismo, panteones de arquitectos renombrados | Joselito «El Gallo», Paquirri, Espartero, Diego Martínez Barrio |
San Sebastián | Sevilla | 1820s – 1885 | Primer cementerio público extramuros (predecesor de San Fernando), desmantelado | No se conservan elementos arquitectónicos relevantes | |
Inglés (San Jorge) | Málaga (cerca de Sevilla) | 1903 – Presente | Primer cementerio no católico de la península, símbolo de tolerancia religiosa | Jardines |
Además del Cementerio de San Fernando, otros cementerios en la provincia tienen su propia historia. El cementerio de San Sebastián en Sevilla fue el primer cementerio público extramuros, aunque fue desmantelado a finales del siglo XIX. El cementerio inglés de Málaga, aunque fuera de la provincia, es relevante por su proximidad y su carácter tolerante desde 1903.
9. Hallazgos Arqueológicos Relacionados con Enterramientos
Las excavaciones arqueológicas han revelado una rica historia funeraria en la provincia de Sevilla. En Carmona, se han encontrado tumbas y prácticas de enterramiento que datan de la Edad del Bronce. El descubrimiento de una tumba de la Edad del Bronce en Sevilla con una gran cantidad de cuentas sugiere la existencia de elaborados ajuares funerarios. Cerca de Carmona, se identificó un yacimiento arqueológico del Calcolítico o la Edad del Bronce con un posible altar de sacrificios y tumbas.
Las necrópolis romanas son abundantes en la provincia, destacando la de la Carretera de Carmona, Munigua, Osuna, e Itálica. Estos sitios han proporcionado valiosos artefactos como cerámica, joyas de oro y plata, inscripciones funerarias y restos arquitectónicos que permiten reconstruir los rituales y costumbres funerarias de la época romana. Incluso en el teatro romano de Itálica se han documentado enterramientos ocasionales de época medieval. Más recientemente, se ha descubierto un cementerio medieval en Sevilla durante trabajos de construcción.
10. Aportaciones de Documentos Históricos y Archivos
Los registros parroquiales constituyen una fuente esencial para el estudio de la historia funeraria en la provincia de Sevilla. Estos documentos, que se remontan al siglo XVI, contienen información detallada sobre bautismos, matrimonios y defunciones. En ellos se pueden encontrar datos sobre las personas fallecidas, las fechas de defunción y entierro, y en ocasiones, detalles sobre las ceremonias asociadas. FamilySearch ofrece acceso a registros parroquiales de diversas localidades de Sevilla, y existen índices de defunciones del Registro Civil de Sevilla de mediados del siglo XIX. Los archivos diocesanos también custodian documentación parroquial, especialmente aquella con más de cien años de antigüedad.
El Archivo Histórico Provincial de Sevilla (AHPS) alberga una vasta colección de documentos históricos que datan desde el siglo XIV hasta el siglo XX. Entre sus fondos se encuentran protocolos notariales, registros judiciales, archivos personales y documentación administrativa que pueden ofrecer valiosa información sobre las prácticas funerarias del pasado, la gestión de cementerios y el impacto de eventos históricos en la población. Otros documentos históricos relevantes incluyen los manuscritos de los maestros de ceremonias de la Catedral de Sevilla, que detallan los rituales funerarios de los arzobispos, y documentación notarial que registra detalles sobre la muerte de miembros de la nobleza.
11. Museos y Colecciones Relevantes para la Historia Funeraria
El Museo Arqueológico de Sevilla alberga una de las colecciones más completas de España, con casi 60,000 piezas que abarcan desde la prehistoria hasta la Edad Media. Entre sus fondos se encuentran numerosos objetos relacionados con prácticas funerarias, como vidrio romano de uso funerario, estelas de la Edad del Bronce, esculturas ibéricas y cubiertas de tumbas visigodas. El museo exhibe artefactos procedentes de importantes yacimientos de la provincia, proporcionando un contexto material para comprender las costumbres funerarias a lo largo del tiempo.
El Museo de la Necrópolis Romana – Conjunto Arqueológico de Carmona se especializa en objetos funerarios de la necrópolis romana de Carmona, ofreciendo una buena representación de los hallazgos de los siglos I y II d.C.. La colección destaca el equilibrio cultural entre las tradiciones locales y las prácticas funerarias romanas, especialmente en escultura, epigrafía y pinturas murales. El Museo Histórico Municipal de Écija también cuenta con colecciones arqueológicas que abarcan desde la prehistoria hasta la época islámica, incluyendo una sección dedicada a los ritos funerarios musulmanes. El programa «Pieza del Mes» del museo en 2022 se centró en el mundo funerario de Écija, resaltando piezas arqueológicas singulares relacionadas con esta temática.
12. Impacto de Acontecimientos Históricos en las Prácticas Funerarias
Las epidemias han tenido un impacto significativo en las prácticas funerarias de la provincia de Sevilla a lo largo de la historia. La peste de 1507 probablemente causó la muerte del Duque de Medina Sidonia en Sevilla. Las sucesivas epidemias obligaron a reiterar la prohibición de enterrar dentro de las iglesias. La epidemia que azotó Sevilla alrededor de 1800-1801 provocó la creación de un gran cementerio provisional cerca del hospital de San Lázaro. La Peste Negra en el siglo XIV y otras epidemias como la fiebre amarilla y el cólera afectaron profundamente a la sociedad andaluza. La magnitud de la mortalidad durante estas crisis a menudo llevó a la supresión de ceremonias funerarias elaboradas y a la adopción de entierros masivos por temor al contagio. La peste de Sevilla de 1649 tuvo un impacto devastador en la población de la ciudad.
Las guerras también han dejado su huella en las prácticas funerarias. En el Cementerio de San Fernando se erigió un monumento a los caídos en la Guerra de África, y existe un panteón dedicado a los fallecidos del bando nacional durante la Guerra Civil Española (1936-1939). En el cementerio municipal de Guadalcanal se han identificado fosas comunes de víctimas de la Guerra Civil.
La Reconquista de Sevilla en 1248 también influyó en el panorama funerario de la ciudad. La expulsión de la población musulmana y la repoblación cristiana trajeron consigo cambios en las prácticas de enterramiento y en el uso de los espacios funerarios. La conversión de mezquitas en iglesias, como ocurrió en Sevilla, simbolizó una transformación religiosa que inevitablemente afectó a las costumbres relacionadas con la muerte.
13. Conclusión
La historia funeraria de los pueblos de la provincia de Sevilla revela una trayectoria rica y compleja, marcada por la influencia de diversas culturas, religiones y acontecimientos históricos. Desde los enterramientos megalíticos de la prehistoria hasta las modernas prácticas de cremación y los tanatorios, las costumbres funerarias han experimentado transformaciones significativas, reflejando cambios en las creencias, las estructuras sociales y la relación de la sociedad con la muerte. A pesar de estas evoluciones, algunas tradiciones ancestrales y elementos religiosos han perdurado, tejiendo unContinuum cultural a lo largo de los siglos.
El estudio de esta historia funeraria no solo enriquece nuestra comprensión del pasado de la provincia de Sevilla, sino que también ofrece valiosas perspectivas sobre la condición humana y la manera en que las sociedades han afrontado universalmente el misterio de la muerte. La evidencia arqueológica, los documentos históricos y las colecciones museísticas proporcionan un testimonio invaluable de estas prácticas, aunque aún existen áreas que merecen una mayor investigación, como el análisis detallado de las costumbres locales en municipios específicos y el estudio exhaustivo de los registros parroquiales y municipales. La rica herencia funeraria de la provincia de Sevilla continúa siendo un campo de estudio fascinante que arroja luz sobre la identidad cultural y la evolución histórica de sus pueblos.
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