La Semana Santa constituye una de las manifestaciones religiosas y culturales más arraigadas en la comunidad andaluza, un periodo de profunda significación histórica que trasciende la mera observancia litúrgica para imbricarse en la identidad de sus pueblos y ciudades. Esta tradición, con hondas raíces que se pierden en el tiempo, moviliza a un amplio espectro de la sociedad, evidenciando su trascendencia cultural más allá de la esfera puramente religiosa. Dentro de este contexto regional, la localidad de Dos Hermanas, en la provincia de Sevilla, exhibe sus propias particularidades en la celebración de esta semana trascendental. La existencia de otros eventos locales de gran calado, como la Romería de Valme y la Feria de Mayo, ambas distinguidas a nivel nacional, subraya una rica tradición de festividades comunitarias con fuertes lazos religiosos o históricos, de la cual la Semana Santa forma parte integral. El presente informe tiene como objetivo ofrecer una exhaustiva reseña histórica de la Semana Santa en Dos Hermanas, abordando sus orígenes, su desarrollo a lo largo del tiempo, los actores clave que la protagonizan, sus elementos distintivos, y las influencias históricas que la han moldeado.
Los orígenes de la celebración de la Semana Santa en Dos Hermanas pueden rastrearse hasta el siglo XVI. Un hito fundamental en esta historia temprana lo constituye la fundación de la Hermandad de la Santa Vera+Cruz en el año 1544. Este acontecimiento marca un punto de inflexión, ya que esta hermandad se erige como la más antigua de cuantas participan en la Semana Santa nazarena, lo que sugiere un papel pionero en la configuración de las tradiciones y prácticas locales. La Hermandad de la Oración en el Huerto también cuenta con una venerable antigüedad, remontándose sus inicios a finales del siglo XVI a través de su fusión con la Hermandad del Rosario. La coincidencia en el tiempo de la aparición de estas corporaciones religiosas apunta a un periodo de creciente fervor y organización religiosa en el seno de la comunidad de Dos Hermanas. Es plausible que el surgimiento de estas primeras hermandades no fuera un fenómeno aislado, sino que se enmarcara dentro de las corrientes religiosas más amplias que recorrían España durante el siglo XVI, marcadas por la Contrarreforma y el auge de las hermandades de penitencia. Antes de la formalización de estas estructuras, es posible que existieran formas menos organizadas de observar la Semana Santa en la localidad. En este sentido, se tiene constancia de la Hermandad del Santísimo Sacramento, cuyas reglas fueron aprobadas en 1559. Si bien su implicación directa en las procesiones de Semana Santa en esa época no está explícitamente documentada, la existencia de organizaciones religiosas establecidas a mediados del siglo XVI sugiere un terreno fértil para el posterior desarrollo de las tradiciones procesionales de la Semana Santa.
Las hermandades y cofradías constituyen pilares fundamentales de la Semana Santa en Dos Hermanas, siendo las más antiguas las que han sentado las bases de esta celebración. La Hermandad de la Santa Vera+Cruz, cuya fundación data de 1544, posee una rica historia que se inicia con la ordenación de sus primeras reglas y su sede en la Capilla de la Patrona Santa Ana. A lo largo de los siglos, esta hermandad ha mantenido su relevancia, siendo distinguida en 1944 con el título de «Real». La celebración de aniversarios significativos, como el IV Centenario Fundacional en 1944 y los 450 y 475 años de su existencia en 1994 y 2019 respectivamente, atestiguan su arraigo y la importancia que la comunidad le otorga. La Hermandad de la Oración en el Huerto tiene sus orígenes a finales del siglo XVI, fruto de la unión con la Hermandad del Rosario.3 Vinculada históricamente a la Parroquia de Santa María Magdalena, esta hermandad es conocida popularmente como «Manchoneros», un apodo que evoca su conexión con un «huerto» o parcela agrícola, término común en el vocabulario local de Dos Hermanas. La Hermandad del Santo Entierro es otra de las corporaciones más antiguas, con referencias que se remontan también a finales del siglo XVI. En sus inicios, esta hermandad contaba con imágenes de Nuestra Señora de la Soledad y Nuestro Señor Resucitado. Una práctica destacada en su historia era la de sufragar los gastos de entierro de sus hermanos. Además, sus procesiones se caracterizaban por la inclusión de representaciones alegóricas. Aunque fundada posteriormente, en 1899, la Hermandad del Gran Poder también ocupa un lugar significativo en la Semana Santa de Dos Hermanas. Esta hermandad surge de la devoción al Gran Poder de Sevilla y celebró la bendición de su capilla en 2002 con la presencia del Arzobispo de Sevilla. En el año 2024, conmemoró su 125 aniversario.
Hermandad | Fundación | Eventos Históricos Clave | Estado Actual |
Santa Vera+Cruz | 1544 | Fundación en la Capilla de Santa Ana, título de «Real» en 1944, celebraciones del 450º y 475º aniversario. | Activa |
Oración en el Huerto | S. XVI | Fusión con la Hermandad del Rosario, cambio de día de salida al Miércoles Santo en 1802. | Activa |
Santo Entierro | S. XVI | Práctica de sufragar entierros de hermanos, inclusión de alegorías en procesiones, ceremonia del Descendimiento. | Activa |
Gran Poder | 1899 | Fundación inspirada en la devoción sevillana, bendición de la capilla en 2002, celebración del 125º aniversario en 2024. | Activa |
Las procesiones constituyen el núcleo visible de la Semana Santa en Dos Hermanas, siendo las de las hermandades más antiguas las que poseen una historia más dilatada. La procesión de la Hermandad de la Santa Vera+Cruz, ligada a su fundación en el siglo XVI, ha sido un elemento constante en la celebración de la Semana Santa nazarena. A lo largo del tiempo, ha mantenido su recorrido, portando las veneradas imágenes del Santo Cristo de la Vera-Cruz y María Santísima del Mayor Dolor. Un hito reciente en su historia fue la procesión extraordinaria celebrada en 2019 con motivo de su 475 aniversario. La procesión de la Hermandad de la Oración en el Huerto, con sus imágenes titulares de Nuestro Señor Jesucristo en el Huerto y Nuestra Madre y Señora de los Dolores, también cuenta con una larga trayectoria vinculada a la Parroquia de Santa María Magdalena. Un cambio significativo en su historia fue el traslado de su día de salida al Miércoles Santo en 1802. La Hermandad del Santo Entierro realiza su procesión el Sábado Santo, con las imágenes de Cristo Yacente y Nuestra Señora de la Soledad como protagonistas. Históricamente, esta hermandad celebraba una «procesión de disciplina» el Viernes Santo. Una característica distintiva de su procesión es la inclusión de figuras alegóricas que representan las Virtudes Teologales y a las Tres Marías. Además, se lleva a cabo la tradicional ceremonia del «Descendimiento de la Cruz». La procesión de la Hermandad del Gran Poder, que tiene lugar en la Madrugada del Viernes Santo, porta las imágenes de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso. Un evento relevante en su historia fue el traslado de sus imágenes a su propia capilla en 2002. La procesión de «La Borriquita», que abre la Semana Santa el Domingo de Ramos, se fundó en 1953. Sus imágenes titulares son Nuestro Padre Jesús de la Sagrada Entrada en Jerusalén y María Santísima de la Estrella. Otra procesión destacada del Domingo de Ramos es la de Nuestro Padre Jesús Cautivo, cuya hermandad se fundó en 1939. Las imágenes veneradas en esta procesión son Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de la Esperanza. Esta hermandad fue elevada a la categoría de Hermandad del Santísimo Sacramento.
La historia de la Semana Santa en Dos Hermanas está marcada por la presencia de figuras notables y acontecimientos significativos. Entre las personalidades destacadas se encuentra S. A. R. Doña María Dolores de Borbón-Dos Sicilias y Orleans, quien en 1944 fue nombrada Camarera de Honor de María Stma. del Mayor Dolor de la Hermandad de la Vera Cruz. Este nombramiento evidencia la conexión de la tradición local con la nobleza, otorgando prestigio y reconocimiento a la hermandad. Diversos escultores han dejado su impronta en la imaginería religiosa de la Semana Santa nazarena, como Manuel Pineda Calderón y Antonio Illanes Rodríguez, creadores de importantes tallas para diferentes hermandades. En el ámbito de la documentación histórica local, destaca la figura de Rafael M. López Márquez, autor del libro «Siendo Nazareno, historias cofrades de Dos Hermanas», una valiosa fuente para conocer la tradición desde una perspectiva cercana. Entre los eventos históricos que han marcado la Semana Santa en Dos Hermanas, sobresale la fundación de las hermandades más antiguas en el siglo XVI, como la Vera Cruz, la Oración en el Huerto y el Santo Entierro, que sentaron las bases de la celebración. La concesión del título de «Real» a la Hermandad de la Vera Cruz en 1944 constituyó un momento de especial relevancia para esta corporación. Las celebraciones de aniversarios significativos por parte de diversas hermandades, como los 450 y 475 años de la Vera Cruz, demuestran la continuidad y la importancia de estas instituciones en la comunidad. A lo largo del tiempo, las procesiones se han visto afectadas por factores climáticos, como las lluvias mencionadas en el , que han provocado cancelaciones y alteraciones en los recorridos. En un pasado más reciente, se ha observado la elevación de Agrupaciones Parroquiales a la categoría de Hermandades, como el Prendimiento y las Tres Caídas en 2024, lo que indica una evolución y un crecimiento continuo de la participación en la Semana Santa de Dos Hermanas.
La Semana Santa en Dos Hermanas se distingue por ciertas tradiciones y costumbres locales que le confieren una identidad propia. Un ejemplo de ello es el uso de términos particulares como «crucero» para referirse a la imagen de Cristo y «soleano» para la Virgen de la Soledad, así como los apodos «grillos» y «manchoneros» para algunas hermandades. Otra tradición singular es la iniciativa de distribuir «pipeleras» (bolsas de papel) para recoger las cáscaras de pipas y otros residuos durante la Semana Santa, lo que refleja un compromiso con la sostenibilidad y el cuidado del espacio público. Históricamente, existía la costumbre de los «demandantes» que pedían limosna en la mañana de la salida de cada cofradía, aunque esta práctica se ha perdido con el tiempo. Una tradición que perdura es la exposición de pasos en miniatura organizada por el Consejo de Hermandades, que fomenta la participación comunitaria y la apreciación del arte cofrade.
La celebración de la Semana Santa en Dos Hermanas ha experimentado una notable evolución a lo largo del tiempo. Los recorridos procesionales han sufrido modificaciones debido a diversos factores. Por ejemplo, en 2016, la procesión de la Presentación al Pueblo alteró su itinerario por temor a la lluvia. Las itinerarios de 2024 ofrecen una instantánea de los recorridos actuales, que al compararlos con relatos históricos, permitirían identificar cambios más amplios. La imaginería religiosa también ha evolucionado. En 2024, la imagen de Santa María Magdalena se incorporó por primera vez a la procesión de la Misericordia. La Hermandad de la Amargura ha visto cómo su imagen del Cristo original fue reemplazada en 1992. De manera similar, la Hermandad del Santo Entierro perdió su Cristo Yacente articulado original, siendo sustituido en 1952. Los rituales también han experimentado transformaciones. La tradición de los «demandantes» ya no se practica, y la «procesión de disciplina» del Santo Entierro ha desaparecido. Sin embargo, algunos rituales antiguos pueden resurgir, como se evidenció con la recuperación de la ceremonia del «lavatorio de los pies» en las misas del Jueves Santo de 2016. La regularidad de las procesiones también ha variado. Entre 2001 y 2009, la lluvia impidió que todas las hermandades realizaran su estación de penitencia anualmente, lo que contrasta con una mayor consistencia en otros periodos.
La Semana Santa de Dos Hermanas ha sido objeto de atención en diversas fuentes históricas y académicas. El libro «Siendo Nazareno, historias cofrades de Dos Hermanas» de Rafael M. López Márquez constituye un valioso testimonio local de la tradición. Un artículo disponible en Dialnet aborda la historia y la evolución de las devociones en Dos Hermanas, incluyendo la Semana Santa, lo que demuestra un interés académico por el tema. Numerosas páginas web, pertenecientes a las propias hermandades, a organizaciones de turismo y a medios de comunicación locales, ofrecen información relevante sobre la historia y las prácticas actuales de la Semana Santa nazarena. La existencia del «Libro de mano Semana Santa de Dos Hermanas» sugiere una organización estructurada de la celebración, con guías disponibles para participantes y espectadores.
Diversos acontecimientos históricos han dejado su impronta en la celebración de la Semana Santa en Dos Hermanas. La fundación de la Hermandad del Cautivo por excombatientes de la Guerra Civil Española vincula directamente el origen de esta corporación con un trascendental evento histórico. Durante la Guerra Civil, en 1936, la Parroquia de Santa María Magdalena fue asaltada e incendiada, lo que afectó a la imaginería religiosa y requirió restauraciones posteriores. En tiempos más recientes, las inclemencias meteorológicas, como las lluvias de principios del siglo XXI, han provocado la cancelación o interrupción de procesiones. La pandemia de COVID-19, un evento histórico global, también tuvo un impacto significativo al suspenderse los cultos externos en 2020, alterando la forma tradicional de celebrar la Semana Santa en Dos Hermanas.
En conclusión, la Semana Santa en Dos Hermanas se revela como una tradición viva y dinámica, cuya historia se extiende a lo largo de varios siglos. Su evolución ha estado marcada por la fundación y el desarrollo de hermandades, la consolidación de procesiones significativas, la influencia de figuras notables, la adaptación a costumbres locales, y la respuesta a los avatares de la historia. A pesar de los desafíos y las transformaciones, la Semana Santa continúa siendo un pilar fundamental de la identidad cultural y religiosa de Dos Hermanas, manifestando la profunda devoción de su comunidad y la perdurabilidad de un legado transmitido de generación en generación.
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